LA EFEMÉRIDE – 4 DE DICIEMBRE DE 1892
El 4 de diciembre de 1892 nació en El Ferrol Francisco Franco Bahamonde. Su trayectoria militar y política es excepcional.
Ingresó con 14 años en la Academia Militar de Toledo. En 1912 fue destinado a África, donde pasó más de diez años y donde alcanzó vertiginosamente un alto rango militar,convirtiéndose en 1926 en el más joven general de Europa (33 años de edad).Tras tres años en la Península, volvió a África en 1920, en el Tercio de Extranjeros de la Legión.
En 1934 coordinó las operaciones de respuesta al golpe de estado en Asturias, defendiendo la legalidad republicana. En 1935 fue nombrado Jefe del Estado Mayor Central del Ejército.En 1936, Azaña lo envió a Canarias como Comandante general. En julio de 1936,tras el asesinato de José Calvo Sotelo, líder de la oposición, se sublevó, junto con otros 3 Generales de División de los más de 20 existentes a la sazón.
En la Guerra Civil, el Ejército comandado por Francisco Franco venció en 1939 al Frente Popular, integrado por socialistas, comunistas, separatistas y republicanos, que había creado una situación social, política y económica insostenible. Ello implicó salvar del exterminio a la Iglesia, de la desaparición a la cultura cristiana, de la desintegración y de la implantación de una pequeña URSS a España.
A pesar de las presiones, Franco mantuvo a España al margen de la II Guerra Mundial. La consecuencia inmediata fue evitar a los españoles los sacrificios que experimentaron los nacionales de los países escenario de la guerra y consiguió mantener su independencia frente a los aliados.
A partir de 1944 y durante meses, España – con Franco al frente – derrotó a las guerrillas comunistas (el maquis) sin apoyo internacional alguno. Desde 1945, los vencedores de la II Guerra Mundial decidieron aislar a España. Esa decisión no hizo mella en el Régimen.
España se rehízo de los daños de la guerra sin contar con el Plan Marshall (1948) ni con ayudas multilaterales (BIRF), consiguiendo resultados extraordinariamente buenos en materia de incremento del PIB, nutrición, expectativa de vida al nacer y enseñanza/formación.
Franco supo explotar conpaciencia los resquicios que le ofreció la llamada “guerra fría” entre los antiguos aliados contra la Alemania nacional-socialista. Ante la amenaza del Ejército Rojo en el centro de Europa a partir de 1948, permitió la implantación de bases de los EEUU en España (1953), lo que le deparó contrapartidas tangibles de todo orden. La primera en el orden internacional fue la aceptación del Régimen, la ruptura del aislamiento y la entrada en la ONU (1955).
Tras un período de estancamiento, España inició en 1959 su vertiginoso desarrollo económico, cuyos antecedentes estaban en Alemania (desde 1948) y en Japón (desde 1952), gracias a la apertura económica y a políticas liberales de gestión de la economía: el Plan de Estabilización fue un completo éxito y dio pie al llamado “milagro español”.
En 1975, año de la muerte deFranco (ver Carta de 20 de noviembre), la sociedad española no se parecía mucho a la que Franco heredó de la ruinosa II República: ni miseria, ni enfrentamientos políticos, ni carencia de expectativas. La España de 1975 era económicamente próspera, estaba integrada en el concierto de las naciones, tenía un acuerdo preferencial con el Mercado Común Europeo y gozaba de una salud social que ninguno de los restantes países de Europa (ni siquiera los EEUU) podía presentar.
Tras su muerte, la población, por abrumadora mayoría, aprobó en 1976 el Referéndum sobre el Proyecto de Ley para la Reforma Política, diseñado desde el franquismo, que habilitó la llegada dela Monarquía recuperando la línea borbónica interrumpida en abril de 1931. Y entonces llegaron los derrotados, los partidos políticos redivivos, los centenarios separatistas, los intermitentes socialistas, los comunistas (en honor a la verdad, éstos no habían desaparecido durante el franquismo; los únicos de entre los componentes del Frente Popular que permanecieron activos). Sus esfuerzos conjuntos, amén de la desafección dela Iglesia Católica tras el Concilio Vaticano II, han situado a España en una posición lamentable desde todas las perspectivas que tienen que ver con el ámbito político: organización territorial, educación, sanidad, paro,enfermedades sociales … y riqueza medida en términos de PIB.
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