LA CARTA DE LOS MARTES – 02 DE MARZO DE 2021

LA CARTA DE LOS MARTES – 02 DE MARZO DE 2021

En nombre de Dios Todopoderoso

Carta de los martes del 2 de marzo de 2021

Queridos amigos:

El 2 de marzo de 1939, en la Ciudad del Vaticano, Pío XII fue elegido papa. Otro 2 de marzo, pero de 1876, nació en Roma Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli. Hablamos de la misma persona. Su familia pertenecía a la conocida por nobleza negra[1], por su vinculación al papado.

Cuando tenía 12 años de edad, Eugenio Pacelli eligió ingresar en un seminario, cosa que hizo con 18, en 1894. Lo abandonó por problemas de salud en 1895. Con una dispensa para estudiar en su casa, fue alumno en el Instituto Apollinaire y después estudió filosofía en Roma.

Fue ordenado sacerdote en 1899. Se matriculó en la Pontificia Universidad Gregoriana. Ese mismo año se doctoró en teología y en derecho civil y canónico. En 1901 ingresó en la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios de la Secretaría de Estado del Vaticano. Y en esa Secretaría de Estado desarrolló una vertiginosa carrera. Fue elegido por León XIII en 1901 para entregar las condolencias vaticanas a Eduardo VII por el fallecimiento de la Reina Victoria (1901). Devino Chambelán en 1904, prelado doméstico de SS el Papa en 1905 y sirvió como representante del Vaticano en el Congreso Internacional Eucarístico en Londres en 1908. En 1911 representó a la Santa Sede en la coronación del rey Jorge V de Inglaterra. Fue Subsecretario ese mismo año 1911 y Secretario Adjunto en 1912, con Pío X. En 1914, como secretario del Departamento de Asuntos Eclesiásticos, elaboró un concordato con Serbia cuatro días antes del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria.

Durante la I Guerra Mundial, Pacelli llevó el registro vaticano de los prisioneros de guerra. En 1915, viajó a Viena para asistir al nuncio apostólico en Viena en sus negociaciones con Francisco José I de Austria sobre Italia. Cuando ascendió a secretario de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, nuncio papal y cardenal secretario de Estado, concluyó varios concordatos, entre ellos el Reichskonkordat con la Alemania nacionalsocialista, firmado en 1933 y vigente en parte. Conectado con esto, Pacelli influyó decisivamente en la redacción de la encíclica de Pío XI titulada Mit brennender Sorge[2] a los obispos alemanes. Según Michael Hesemann, historiador, Eugenio Pacelli facilitó el éxodo de unos 200.000 judíos alemanes semanas antes de la Kristallnacht, que tuvo lugar en noviembre de 1938.​

Benedicto XV designó a Pacelli como nuncio apostólico en Baviera, obispo titular de Sardes y arzobispo en la Capilla Sixtina, todo ello en los cinco primeros meses de 1917. En 1929, Pío XI lo nombró cardenal presbítero de Ss. Giovanni e Paolo y en 1930, secretario de Estado[3]. Como tal viajó a los EEUU, Argentina, Hungría y Francia. Su visibilidad internacional fue enorme. En 1938, bautizó en la capilla de la Orden de Malta al futuro rey Juan Carlos I de España.

Cuando en 1939 murió Pío XI, Pacelli, como Camarlengo, organizó la sede vacante. Tras dos días de cónclave y a la tercera votación, fue elegido Papa con el nombre de Pío XII.

Pío XII fue un papa sin experiencia pastoral directa. Técnicamente era un burócrata ilustrado de la administración vaticana. Conocía como la palma de su mano la curia romana. Y también conocía la historia del papado: antes de su coronación, como medida preventiva, redactó una carta de renuncia que entraría automáticamente en vigor en el caso de que fuera hecho prisionero por los nazis. Que no ocurriera lo que pasó cuando Pío VII fue apresado por Napoleón Bonaparte.

Durante la II Guerra Mundial, el New York Times (1941) elogió a Pío XII por «ponerse plenamente contra el hitlerismo» y por «no dejar duda de que los objetivos de los nazis son irreconciliables con su propio concepto de la Paz Cristiana”. Ese mismo New York Times dijo el 25 de diciembre de 1942: «La voz de Pío XII es la única voz en el silencio y oscuridad que envuelve a Europa esta Navidad… Él es el único gobernante que queda del continente de Europa que se atreve a hablar en voz alta». Y ello a pesar de los evidentes riesgos asumidos con el régimen nacionalsocialista[4].

Varios historiadores judíos, como Joseph Lichten, de B’nai B’rith[5], han documentado los esfuerzos de la Santa Sede en favor de los judíos perseguidos. En septiembre de 1943, Pío XII ofreció bienes del Vaticano como rescate de judíos apresados por los nazis. Durante la ocupación alemana de Italia, la Iglesia católica, siguiendo instrucciones del Papa, escondió y alimentó a miles de judíos en el Vaticano, en Castelgandolfo y en templos y conventos, hasta 700.000. “La oposición (de Pío XII) al nazismo y sus esfuerzos para ayudar a los judíos en Europa eran bien conocidos por el mundo que sufre»[6].​

Estando Benito Mussolini al frente de la República Social Italiana, el radiomensaje de Navidad de 1944 de Pío XII (Benignitas et humanitas) dio un impulso decisivo a la Democracia Cristiana valorando la forma democrática de gobierno. En 1945, el Congreso Judío Mundial agradeció con un generoso donativo la intervención del Papa. Ese mismo 1945, el gran rabino de Jerusalén, Isaac Herzog, envió a Pío XII una bendición especial «por sus esfuerzos para salvar vidas judías durante la ocupación nazi de Italia». Israel Zolli, gran rabino de Roma, quien pudo ver directamente los esfuerzos del Papa por los judíos, se hizo católico al terminar la guerra, tomando el nombre de pila del papa, Eugenio, en señal de gratitud. Después de la guerra, organizaciones y personalidades judías reconocieron varias veces oficialmente la sabiduría de la diplomacia del papa Pío XII.

Durante los años posteriores al final del conflicto, la opinión sobre el papel que jugó Pío XII durante la guerra era muy favorable[7]. Véase lo que dijo Albert Einstein[8].

La posición anticomunista del papa Pío XII se volvió más fuerte después de la guerra. En 1949, autorizó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al Partido Comunista. También condenó públicamente la invasión de Hungría en 1956.

Y ahí entró la KGB, como es costumbre. A Pío XII lo atacaron después de muerto, a diferencia de Juan Pablo II, otro Papa anticomunista y otro gran Pontífice, a quien quisieron eliminar en vida, y casi lo logran.

Sobre la base del movimiento de aggiornamento del Concilio Vaticano II[9], que se extendió entre 1959 y 1965, a partir de 1962 hasta bien entrado el siglo XXI se impuso en los medios y en el análisis de ciertos sectores una visión de Pío XII como aliado de los nazis, a pesar de toda la evidencia en contra. Esa postura la sustentaban gentes como Rolf Hochhuth[10]Daniel Goldhagen y otros.

La fase anti-Pío XII ya pasó, pero ha dejado huella. Tibia es la Iglesia y olvidadizos los creyentes sobre la imagen y el legado[11] de Pío XII. Su causa fue abierta en 1965 por Pablo VI. En 2007, la congregación recomendó declarar Venerable a Pío XII. Benedicto XVI lo hizo el 19 de diciembre de 2009, al mismo tiempo que con (San) Juan Pablo II.

Estos son los dos grandes papas de la Iglesia en el Siglo XX. Recordemos a ambos con agradecimiento y respeto. Enaltezcámosles y defendámoslos de los ataques que sufren, si es preciso con los mismos medios que utilizan sus enemigos.

Pío XII murió el 9 de octubre de 1958, con 82 años de edad. Sufrió un infarto de miocardio masivo estando en Castelgandolfo, la residencia de verano de los papas. Fue sepultado en las grutas vaticanas.

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La noticia de esta semana fue publicada en el diario La Razón. Se titula “Cuando Franco salvó al Barça de la quiebra y de desaparecer”.

Habla de instituciones, de concesiones, de obsecuencia, de abyección y de presiones. Pero sobre todo, al final, habla de deslealtad.

Corría el año 1962. El Club de Fútbol Barcelona estaba en las últimas. “En los años sesenta el Barça debía 230 millones de pesetas, pero el ahora denostado Régimen acudió en su ayuda”. Y fue salvado por el mismo Régimen que los directivos despreciaban en la intimidad quien les permitió, como clase (estilo Stalin cuando hablaba de los kulaks, sólo que Stalin exterminó a los kulaks y Franco dio vida a esta burguesía catalana tan lábil) sobrevivir primero y medrar después.

Vuelve la burra al trigo. Hoy en día, el FC Barcelona tiene un pasivo total de 1.173 millones de euros, con una deuda a corto plazo de 729,5 millones de euros, según se recoge en la memoria económica de la entidad azulgrana recientemente conocida. El desglose es el siguiente: € 265 M son deudas con bancos; € 2,5 M son valores negociables; € 164 M son deudas con el personal deportivo y € 298 M corresponden a otros conceptos, incluidos € 23 M a la Agencia Tributaria.

Volviendo a la noticia de hoy, el artículo es detallado y no tiene desperdicio.

La última frase es el epítome de los valores culés. “Franco fallecía el 20 de noviembre de 1975. Jaume Rosell (padre del que después fue presidente del club, Sandro Rosell[12]) avisó inmediatamente al empleado Eduard Combas para que retirara la placa de los «caídos por Dios y por España» de las instalaciones del Barça y el busto del Generalísimo que había en las oficinas del Barcelona”.

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El avance tecnológico de hoy se ha quedado sin espacio, una vez más. Lo siento

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La frase de hoy se escuchó el 23 de febrero de 2012. José María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol[13], se la dirigía a Sandro Rosell: «¿Qué más quieres que te dé, Sandro? No puedo darte ya nada más».

CDC


[1] Se trata de una parte de la nobleza italiana que permaneció junto al papa Pío IX tras la entrada de las tropas del rey Víctor Manuel II en Roma en el año 1870, lo que ponía fin a la independencia de los Estados Pontificios.
[2] Fechada el 14 de marzo de 1937, su traducción es Con viva preocupación. Fue y es una dura condena del régimen nazi. El primer borrador fue escrito por Michael von Faulhaber, arzobispo de Munich y Freising. Pacelli redactó el texto definitivo. Se leyó en todas las iglesias alemanas el Domingo de Ramos (21 de marzo de 1937). El régimen nazi reaccionó con violencia verbal. En su presentación de la encíclica, Eugenio Pacelli comparó a Hitler con el diablo y mostró su temor de que los nazis lanzaran una guerra de exterminio. Acertó.
[3] Pacelli acumuló al cargo de secretario de Estado (al que no renunció siendo Papa) y los de arcipreste de la Patriarcal Basílica Vaticana (1930), gran canciller del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (1932) y Camarlengo de la Santa Iglesia Romana (1935).
[4] En 1939 Joseph Roth, famoso novelista y periodista austriaco, judío y militante comunista, dijo: … las bestias pre-apocalípticas (nazis) que ahora dominan en la política ya presagian los verdaderos motivos por los cuales persiguen a la Iglesia. Pío XII es el único que los daña verdaderamente. Lo que es más, los que no temían a otro Papa temen a este. Y no se limitan a presagiarlo, sino que ya saben por qué”.
[5] Organización judía, literalmente Hijos de la Alianza, Hijos del Pacto o Hijos de la Luz, dedicada a denunciar el antisemitismo y mantener viva la memoria del genocidio nazi.
[6] Lichten lo escribió en el boletín del Jewish Antidefamation League en 1958.
[7] Se pueden citar las opiniones de Giuseppe Nathan (comisario de la Unión de Comunidades Judías Italianas), Leo Kubowitzki (secretario general del Congreso judío internacional), Pinchas Lapide (diplomático), Golda Meir y Dwight D. Eisenhower, entre otros.
[8] “Siendo un amante de la libertad, cuando llegó la revolución (nacionalsocialista) a Alemania miré con confianza a las universidades sabiendo que siempre se habían vanagloriado de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron acalladas. Entonces miré a los grandes editores de periódicos que en ardientes editoriales proclamaban su amor por la libertad. Pero también ellos, como las universidades, fueron reducidos al silencio, ahogados a la vuelta de pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad. Antes no había sentido ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral. Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo incondicionalmente”. (Time, 23 de diciembre de 1940).
[9] Recordemos las palabras de Pablo VI, escritas el 29 de junio de 1972: “El humo de Satanás entró en la Iglesia”. Y añadió: «…Se creía que, tras el Concilio, vendrían días soleados para la historia de la Iglesia. Vinieron, sin embargo, días de nubes, de tempestad, de oscuridad, de búsqueda, de incertidumbre… Intentamos cavar abismos en lugar de taparlos…»
[10] El origen de la imagen negativa de Pío XII en su relación con el nazismo fue la publicación en 1962 de una obra de teatro, “El vicario”, del alemán Rolf Hochhuth, conocido negacionista, condenado varias veces como tal. La obra se basó en documentación fabricada y proporcionada por la KGB para minar la autoridad del Vaticano. Es una teoría respaldada por el historiador británico sir Martin Gilbert, experto en historia del pueblo judío.
[11] Por ejemplo, el 1 de noviembre de 1950, mediante la constitución apostólica Munificentissimus Deus promulgó la doctrina de la Asunción de la Virgen como dogma de fe. Es el último dogma que ha establecido la Iglesia católica.
[12] En prisión por blanqueamiento de dinero cobrado en comisiones ilegales. En 2012, Angel María Villar y Sandro Rosell mantuvieron una reunión en el Hotel NH Alcalá de Madrid de la que extraigo la frase de la semana. Tuvo lugar en plena época dorada del Barcelona Club de Fútbol en la Liga nacional de fútbol.
[13]Villar ostentaba además un puesto de gran responsabilidad en la UEFA.
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