Las especies con reproducción sexual ritualizada son de sexo binario y dimórfico, lo que comporta la extraordinaria ventaja evolutiva de una complejidad creciente, pero que lleva aparejada una nítida propiedad organísmica, es decir, la de su necesaria extinción.

Las distintas especies de homínidos que nos precedieron acabaron extinguiéndose como consecuencia de esa ley biológica.

Nuestra especie se distingue por una exclusiva evolución cultural que había evitado esa condena biológica mediante el método de utilizar su dimorfismo sexual para crear unas instituciones que, partiendo de la institución familiar, han sido las claves del extraordinario desarrollo de nuestra especie en todos los ámbitos.

Los actuales movimientos contraculturales que imponen la negación de nuestro sexo binario, de nuestra reproducción y de nuestro dimorfismo sexual, buscan eliminar las bases en las que se sustentan nuestras instituciones culturales con el siniestro objetivo de destruirlas. Negando nuestra propia esencia humana, nos están conduciendo directamente a la extinción como especie biológico – cultural, luchemos para que no lo consigan.

Avizor

agosto 2022