El megacapitalista Elon Musk está demostrando ser un convencido de que las libertades y en particular la libertad de expresión, resultan rentables. Ese convencimiento viene corroborado por el hecho de que haya invertido 44.000 millones de dólares en la compra de Twitter con el fin de sustituir, en esa plataforma, el pensamiento único, ergo parcial y propio del totalitarismo, por el pensamiento plural, que caracteriza a la democracia.

Entiendo que con esa estrategia busca conseguir un doble objetivo, el de ampliar el número de usuarios de esa red social y el de convertirla en un verdadero foro de debate, en la convicción de que el debate abierto va a constituirse en clave de bóveda de la naciente sociedad del conocimiento.

Ese planteamiento de Elon Musk me parece una rentable fórmula de unir capitalismo y democracia o, dicho de otra manera, de unir libertad de mercado y libertad de pensamiento. A la vista de tan beneficiosa unión, confío en que los liberticidas, ideológicos o de ocasión, no puedan malograr ese virtuoso enlace y también espero que algún capitalista más siga el ejemplo del flamante propietario de Twitter, cambiando la estrecha senda del pensamiento único por la amplia avenida del pluralismo.

Avizor

1 de noviembre de 2022