EL SEMANAL DEL COVARRUBIAS – 21 DE FEBRERO DE 2023 – DIEGO SÁNCHEZ DE LA CRUZ

EL SEMANAL DEL COVARRUBIAS – 21 DE FEBRERO DE 2023 – DIEGO SÁNCHEZ DE LA CRUZ

 

NO, EL PLANETA NO SE AGOTA: ASÍ SE ABARATAN EL PETRÓLEO Y OTROS RECURSOS

 

En la década de 1970, en medio de una profunda crisis inflacionista que golpeó duramente a Occidente, volvieron a cobrar fuerza las viejas ideas de Thomas Malthus sobre el agotamiento de los recursos. De la mano de organizaciones como el Club de Roma y de académicos como Paul Ehrlich, se popularizó la noción de que el crecimiento económico y demográfico nos conduce a un Planeta exhausto y agotado.

Desde entonces, el pesimismo sobre la sostenibilidad de la producción y el medio ambiente ha sido una constante y se ha convertido en un sentir compartido por el grueso de la población. Incluso la Iglesia Católica parece haber adoptado este discurso, a tenor de las referencias que ha dedicado el Papa Francisco a esta cuestión en sus encíclicas Laudatio si Fratelli tutti.

Puede que muchas de las personas que piensan de esta forma desconozcan la ingeniosa apuesta que Paul Ehrlich acabó pactando a regañadientes con uno de sus pocos críticos, el economista Julian Simon. Este graduado en la Universidad de Harvard desmontó con cifras y datos la tesis del agotamiento de los recursos, pero nunca llegó a recibir la atención y cobertura mediática que sí lograron las voces dedicadas a sembrar el pesimismo más alarmista. Sin embargo, Simon logró que Ehrlich accediese a participar en una apuesta sobre el desempeño que tendría el precio de cinco metales (cromo, cobre, níquel, estaño y tungsteno) a lo largo de la década de los 80. Al final del experimento, los precios reales de estos recursos se habían reducido un 36 por ciento, lo que significa que su oferta no solo no se redujo, sino que fue a más. En vez de agotamiento, se produjo un aumento. El discurso de Ehrlich había quedado en evidencia.

Han pasado tres décadas desde aquella apuesta. Recientemente se ha publicado una versión actualizada de la misma, en la que Marian L. Tupy y Gale L. Pooley extienden el cálculo desde 1900 hasta nuestros días. Ajustando los datos para descontar la inflación y recoger la evolución de los salarios, los autores encuentran que los cinco metales se han abaratado un 89 por ciento a lo largo de los 120 últimos años.

Esta evolución no se limita a los precios del cromo, el cobre, el níquel, el estaño y el tungsteno. Para el mismo periodo, la caída es del 18 por ciento en el caso del petróleo, del 48 por ciento en el del carbón, del 79 por ciento en el caso del acero… También sucede algo similar si nos fijamos en el precio de los alimentos, que de hecho se abarataron un 88 por ciento entre 1919 y 2019. Y todo esto ocurre mientras el tamaño de la población mundial se ha disparado, hasta superar los 8.000 millones de habitantes. De modo que no, los recursos naturales no se agotan a pesar del crecimiento económico y demográfico; es más, tal y como advirtió Simon, una población de mayor tamaño significa que hay más personas ingeniosas y emprendedoras en la Tierra, de modo que los problemas de la escasez de recursos se convierten en incentivos que animan nuevas formas de exploración, extracción y aprovechamiento y favorecen innovaciones basadas en la eficiencia.

Un caso evidente es el del fracking, una técnica que ha permitido disparar la producción de petróleo y gas natural en países como Estados Unidos. Algo parecido está pasando con el uranio, un material para el que la lixiviación in situ ha supuesto toda una revolución, reemplazando la minería tradicional por técnicas más económicas y productivas que, además, acarrean una huella medioambiental más pequeña. Kazajistán se ha situado en la vanguardia de esta innovación, algo vital en pleno renacimiento de la energía nuclear.

Resulta descorazonador que todos estos avances sigan volando bajo el radar. Nuestras sociedades han asumido el decrecimiento como la única vía de futuro. En este sentido, la Unión Europea viene de aprobar el veto a los coches de gasolina y diésel, que entrará en vigor en 2035 y que Bruselas ha justificado por la necesidad de contener las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2).

¿Ignoran los líderes europeos que, desde 1980 hasta hoy, el PIB de la UE se ha duplicado de 7 a 14 billones de dólares mientras las emisiones de CO2 no solo no han aumentado, sino que se han reducido de 4.000 a 2.800 millones de toneladas anuales? Sinceramente, dudo mucho que los gobernantes del Viejo Continente desconozcan estos datos, de modo que no termino de entender por qué insisten en tomar medidas así.

El caso es que la retórica sobre el colapso del Planeta sigue ahí. Los planteamientos de Ehrlich siguen gozando de un gran predicamento a nivel global. De hecho, el propio biólogo estadounidense ha sido invitado como ponente a diversas jornadas organizadas por el Vaticano, a pesar de su defensa activa de políticas de control de la población y reducción de la natalidad. De igual modo, figuras como la activista sueca Greta Thunberg construyen su discurso climático en torno a la ansiedad apocalíptica introducida originalmente por Ehrlich, un pensador que ha fallado en todas sus predicciones pero sigue marcando la agenda pública.

Diego Sánchez de la Cruz
Analista económico y director del Foro Regulación Inteligente.

 

**

 

«PENSANDO EN VOZ ALTA» DE AVIZOR: LA ÚLTIMA LECCIÓN MAGISTRAL DE DON JUAN VELARDE

En la última lección magistral escrita, pero tristemente no impartida, por el profesor Juan Velarde, titulada “La Escuela de Madrid de la economía”, se recoge, respecto del liderazgo intelectual de la Universidad de Salamanca, lo siguiente: “En ella surgieron a veces situaciones novísimas, pero muy significativas. Baste recordar, por ejemplo, la postura, en relación con una plena justificación del cobro de intereses por los préstamos”.

Fue el profesor Velarde quién me ilustró acerca de la razón que sustentó la justificación del cobro de intereses por los préstamos dinerarios, que hasta entonces estaba prohibido por la Iglesia Católica y había auspiciado la creación de los montes de piedad, en los que se prestaban, libres de “usura”, pequeñas sumas de dinero por razones humanitarias o sociales. La citada razón la constituía el hecho de que la Teoría Monetaria, creada por la Escuela de Salamanca en los siglos XVI y XVII, consideró el dinero como una mercancía, por lo que resultaba imprescindible el que tuviese un precio, los intereses, que recogiesen el riesgo de cobro asumido y el coste de oportunidad de aplazar el uso del dinero prestado.

Esa revolucionaria doctrina fue clave de bóveda para el enorme desarrollo financiero y comercial generado en la primera globalización, propiamente dicha, que se desarrolló como consecuencia del Descubrimiento de América y del Océano Pacífico. Hasta ese momento y aún mucho después, la Jerarquía eclesiástica Católica se resistió a aceptar “de iure” lo que ya venía aceptando “de facto” y muy pronto la calificación de “usura” se fue transformando del mero hecho del cobro de intereses a su cobro abusivo, incluyendo la mera remuneración cuando se aplicase a préstamos concedidos por razones humanitarias o sociales.

El franciscano Luis de Alcalá, el sacerdote Martín de Azpilicueta, el obispo Diego de Covarrubias, el dominico Tomás de Mercado, el dominico Bartolomé de Medina, el dominico Mancio de Corpus Christi, el jesuita Luis de Molina y el jesuita Juan de Mariana, integrantes de la Escuela de Salamanca, configuraron la Teoría Monetaria, tesis que constituyó la base del extraordinario desarrollo financiero y comercial de la Edad Moderna.

 

**

 

RECORDATORIO: LUNES 27 DE FEBRERO, MESA REDONDA: EL LEGADO DE LIBERTAD DEL BENEDICTO XVI. Información e inscripciones* pinche aquí. 
Entrada libre hasta completar aforo, por orden de inscripción.

 

**

 

-Si te ha gustado nuestro Semanal, compártelo y haz que llegue aún más lejos-

El CDC se financia exclusivamente con las aportaciones de sus socios y colaboradores. Te pedimos nos ayudes para poder seguir difundiendo los ideales Liberales Cristianos tan necesarios en estos tiempos.
¡Pincha aquí, hazte socio o haz una donación, y accede a todas las ventajas! https://centrocovarrubias.org/cdc/colabora/

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información sobre protección de datos:

  • Responsable: CENTRO DIEGO DE COVARRUBIAS
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@centrocovarrubias.org.
  • Información adicional: Más información en nuestra política de privacidad.