DEL BIPARTIDISMO PLURAL AL MULTIPARTITO ÚNICO – AVIZOR – JULIO DE 2023
A partir de 2001, el PSOE desarrolla un nuevo Frente Popular con el objetivo de acabar con un bipartidismo, apoyado por los regionalismos supremacistas, que permitía a la derecha detentar periódicamente el poder como resultado de la correspondiente alternancia.
Un PSOE capaz de pactar con todo el espectro político opuesto a la derecha constitucionalista y de controlar las instituciones de contrapoder político, estaría en condiciones de establecer un cordón sanitario cultural e institucional que mantuviese a la derecha al margen del ejercicio del poder.
La coartada con la que se pretendía y se pretende justificar esa negación del pluralismo democrático, se establece en una inexistente superioridad moral de la izquierda sustentada en estereotipos absolutamente caducos en la sociedad española del siglo XXI, según los cuales la izquierda es culta, moderna, progresista, etc, mientras la derecha es lo opuesto. Una evidente falsedad que ha creado doctrina ante la incomparecencia de la derecha en la batalla cultural, implantando una perversión del lenguaje que divide a los españoles en progresistas, los de izquierdas y conservadores, los de derechas.
Ante esa estrategia antidemocrática, hace ya más de una década que el PP, en vez de tratar de combatirla, optó por intentar el levantamiento de esa barrera para cruzarla y poder situarse en un ámbito cultural y político en los aledaños de la izquierda, lo que acabó provocando la aparición de Vox como refugio de liberales en lo político y de conservadores en lo cultural. De ahí nace ese eterno viaje del PP a un pretendido centro político, que es en realidad un resbaladizo territorio de la izquierda.
Frente a esa deriva desnaturalizadora del PP, surge la rebeldía de Isabel Díaz Ayuso, que recupera con éxito en la Comunidad de Madrid lo más granado de las esencias perdidas por el nuevo PP, lo que estuvo a punto de costarle su carrera política. El desembarco de Alberto Núñez Feijóo en la presidencia del PP ha comportado el fortalecimiento de la citada estrategia acomodaticia en la errónea idea de que la actual articulación del Frente Popular ejecutada por Pedro Sánchez es una anomalía en la política del PSOE y no su estrategia de fondo.
Con esos mimbres, para las elecciones del 23j se ha aplicado por parte del Frente Popular una táctica de cordón sanitario al tándem PP/VOX que, increíblemente, ha sido secundada por el PP, demonizando a su vez a VOX y normalizando el Frente Popular, lo que no ha hecho más que reforzar la estigmatización de la derecha. Los lamentables episodios de Extremadura y Murcia han amplificado los ecos de esa masoquista táctica en el electorado más influenciable.
Un Frente Popular cohesionado por las prebendas mutuamente otorgadas, reforzado por las neoideologias de género, woke, laicista, antropocénica etc. , con su gigantesco rodillo propagandístico funcionando a toda máquina y con su omnipresencia en la sociedad civil, ha acabado siendo un bastión inexpugnable para una derecha política compuesta por dos fuerzas enfrentadas entre sí, con distinta base cultural, con escasa presencia en los medios de comunicación independientes y escasa vinculación con la sociedad civil.
Los inesperados y alarmantes resultados electorales del 23 j auguran un desolador panorama de incertidumbre en todos los ámbitos y un acelerado deterioro de la ya frágil democracia española.
Avizor
julio de 2023