LA EMPRESA: FUNCIÓN Y RESPONSABILIDAD SOCIAL – MANUEL CHAURE VALLEJO
EL SEMANAL DEL COVARRUBIAS DEL 19 DE MARZO DE 2024
Mucho se sigue hablando en la actualidad del valor social de la empresa y el empresario. Hace dos días se publicaba un artículo sobre lo positivo de que una empresa tuviera beneficios. Porque automáticamente pareciera que, si se tienen beneficios, ha habido mala praxis o hay algún tipo de abuso.
En este contexto, hoy compartimos un completo artículo, (o resumen de una ponencia magistral), de Don Manuel Chaure Vallejo sobre la RSC, tema que sigue siendo objeto de debate.
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RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA
En el año 2006 fui invitado como ponente en una jornada, organizada por una empresa de consultoría, sobre la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), tema muy presente o, si se prefiere, muy de moda en aquellos días.
Los ponentes y muchos de los asistentes eran pequeños/medianos empresarios y varias ONGs. Las ponencias discurrieron bajo el paraguas de los aspectos sociales de las empresas como rezaba el título de la jornada.
Los dos tópicos más presentes y repetidos -prácticamente los únicos- fueron los referidos al bienestar y progreso del personal trabajador de la empresa y a los apoyos económicos de las empresas a ONGs y asociaciones y entidades con tinte social, es decir, dos aspectos humanísticos de la empresa.
En lo que respecta al primero se expusieron ideas referentes sobre todo a la conciliación del trabajo con la vida familiar y a la denuncia de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, tema muy del momento y de gran impulso feminista. Varios empresarios expusieron las prácticas adoptadas en sus empresas, como ejemplos de la viabilidad y conveniencia de este tipo de iniciativas.
En cuanto al segundo, en general se ponderaron positivamente las decisiones empresariales de apoyo económico a las organizaciones sin ánimo de lucro que atienden en diversos lugares del mundo a ayudar a poblaciones y grupos humanos necesitados. Varias de las ONGs presentes describieron sus actividades como muestras de su meritorio trabajo y estímulo de esta acción de las empresas.
No hubo alusiones a la responsabilidad empresarial en relación con el medio ambiente, tópico muy utilizado como bandera de la RSC, supuesto que se da la normalidad en el cumplimiento de las leyes y normas vigentes al respecto.
Mi intervención, que fue la última, discurrió por una vía diferente, heterodoxa dentro del ambiente que allí se había respirado y que por ello produjo una cierta sorpresa de algunos asistentes, que quizá pensaban en una nueva vuelta de tuerca sobre los repetidos tópicos ya dichos.
Hago aquí un comentario resumido sobre dicha intervención:
Sostuve la tesis de que la RSC está determinada en la misma naturaleza de la empresa como organización humana que produce unos bienes materiales o inmateriales (servicios) y los pone a disposición de la sociedad. Esta idea básica es aplicable, no sólo a la esfera comercial, sino también a todas las organizaciones que producen bienes ajenos al mercado económico, como son las propias ONGs y las asociaciones de naturaleza asistencial.
Si los productos y/o servicios de la empresa satisfacen demandas de la sociedad, ésta los adquiere y revela a la empresa como institución a su servicio. Hay que pensar que todas las decisiones humanas comportan un balance coste/beneficio en el que se busca maximizar el beneficio que se consigue pagando el menor coste accesible en cada operación; esta es la praxis habitual de cada persona en su vida ordinaria. Y ello se produce en todos los casos, ya sea la decisión de comprar un automóvil, de hacerse miembro de un club o de contribuir con su dinero a una organización benéfica. En todos ellos se produce, mediante actos voluntarios de sus actores, un intercambio social equitativo en el que todos ganan, en contraposición a lo que ocurre en el deporte y en los juegos de competición en los que para que uno gane el otro debe perder (el juego de suma cero).
Quien compra un coche satisface una necesidad (o un deseo) y obtiene una satisfacción a cambio de un pago que considera adecuado para alcanzarla. Si no percibe una ganancia no tomará la correspondiente decisión. Por su parte, el vendedor obtiene el pago de una cantidad que le compensa el acto de desprenderse del coche. Ambos actores del intercambio quedan satisfechos. Ambos ganan.
Lo mismo ocurre en el caso de las aportaciones dinerarias a instituciones sin ánimo de lucro, las que carecen de expectativa de retorno de bienes materiales o, en otra modalidad, cuando la aportación se hace en prestación personal, como es el caso del voluntariado. Lo que el donante adquiere a cambio de su dinero o de su trabajo gratuitamente prestado es un activo inmaterial que satisface a su conciencia moral. Es también un intercambio satisfactorio y equitativo; todos ganan.
Según lo dicho, la empresa es un ente de servicio social cuya acción puede simbolizarse mediante el siguiente gráfico, que considera los distintos agentes que participan en su actividad y las relaciones que los vinculan:
Este modelo constituía en esencia mi tesis personal sobre la materia, identificando la responsabilidad social con este círculo virtuoso de la acción empresarial habida cuenta de las influencias de cada uno de los agentes sobre los siguientes tal como los expresa el gráfico.
No se incluyen, por irrelevantes para este análisis, las obligaciones fiscales de la empresa. Es una variable cuya influencia en el comportamiento empresarial tiene un alcance limitado al aprovechamiento de oportunidades ocasionales de ventajas fiscales, como son, por ejemplo, las desgravaciones por la adquisición de equipos u otras modalidades de ahorro fiscal. Asimismo se considera que la empresa, con respecto a los poderes públicos, sólo está sujeta a las prescripciones que las leyes vigentes impongan a su actividad, sin ninguna dependencia del poder político ni servidumbres a grupos de presión (lo que no ocurre en la España actual, en la que confluyen los intereses de la clase política y la de algunos grupos económicos, creando un capitalismo de amiguetes que, como hemos visto todos, deviene en los numerosos casos de corrupción conocidos. Y faltan a lista los no divulgados)
Que en la práctica las cosas no acostumbren a ser tan virtuosas y se produzcan fallos en alguna de dichas relaciones, no obsta para que este modelo nos permita identificar cuáles son las responsabilidades que la empresa debe contraer con los diferentes actores y cuyo conjunto constituye su responsabilidad social:
1.- Con los accionistas
Mejorar o, como mínimo, mantener el valor de sus participaciones y dividendos
2.- Con el personal
La gestión del personal es sin duda el punto más crítico de la gestión empresarial ya que de él depende el éxito de la empresa, supuesto que las restantes condiciones (por ejemplo las de equipamiento técnico, horarios, sistemas y condiciones ambientales y sociales) son las adecuadas al tipo de empresa y de mercado al que se dirige. Son las personas las que hacen empresa.
El comportamiento de las personas en el seno de la empresa viene determinado por las políticas que adopte el high management en orden a construir una cultura positiva dirigida a los fines empresariales, entendiendo por cultura el conjunto de valores que informan las conductas en el seno de la organización.
En lo que se refiere a los valores que la persona debe poseer como materia prima (los atributos personales necesarios) para el éxito empresarial éstos son, en forma simplificada, sus actitudes y aptitudes.
Aptitud: Lo que una persona es capaz de hacer:
- Habilidades profesionales
- Otras destrezas personales
- Incluye sus capacidades cognitivas (comprender y aprender)
- Las emocionales (fortaleza para soportar la acción bajo tensión, espíritu capaz de abordar retos, empatía, habilidad comunicativa ………
- Las competencias éticas (sinceridad, ausencia de engaños, lealtad…)
Actitud: Lo que una persona quiere hacer:
- Su respuesta personal ante el mundo, las situaciones, acontecimientos y estímulos externos
- Capacidad cooperativa
- Incluye sus deseos, metas y proyectos personales en la acción empresarial
- Deseo de desarrollo personal e inconformismo
- Fortaleza moral. Valor
El siguiente cuadro muestra las necesidades que tienen los desarrollos de ambas cualidades
APTITUD | ACTITUD |
Formación (el conocimiento adquirido y sus perfeccionamientos) Información (necesaria para aumentar el conocimiento) Desarrollo (aumento de las habilidades) Comunicación (intercambios personales y profesionales para crear nuevas ideas) |
Motivación (el impulso a la acción) Información (refuerzo para conocer el sentido de la acción) Estimación (el sentimiento de ser alguien en la organización y de cooperar a la consecución de los objetivos) Comunicación social positiva y socializadora |
Lo que nos permite establecer las conductas empresariales que atañen a las políticas de personal mediante el siguiente simple esquema:
Dos notas sobre las decisiones que indica el gráfico:
2.1.- En el primer caso (aptitud y actitud positivas) la decisión puede inclinarse hacia la promoción a puestos más altos en la organización y a la asignación de mayores responsabilidades. No sobra aquí recordar el Principio de Peter para evitar que la patada hacia arriba lleve al promocionado a su nivel de incompetencia, con perjuicio tanto de la empresa como de la propia persona, que puede verse en la situación de resolver asuntos que rebasan su capacidad y conducirla al fracaso.
2.2.- El último (despedir) suele considerarse una decisión inhumana y tiene mala prensa. Desde otra perspectiva se puede pensar que la persona, en esa situación, no sólo va a ser un elemento ineficiente dentro de la organización y un estorbo que perjudica a ésta y al resto del personal, para el que va a ser una rémora, sino también un perjuicio para ella misma si permanece donde ni progresa ni tiene un porvenir que podría encontrar en otro lugar.
3.- Con los procesos
La mejora continua y la colaboración con suministradores y clientes para lograrla. Incluye ambiente, organización, procedimientos, protocolos y convenios y acuerdos con terceros. Debe ser una tarea conjunta y participativa
4.- Con los clientes
La responsabilidad de la empresa con sus clientes, tanto para retener a los que ya lo son como para atraer a nuevos (promociones) es proporcionarles sus productos dentro de un binomio calidad-precio que les satisfaga.
El precio está directamente relacionado con el de nuestros competidores a igualdad de producto o con una diferenciación que lo destaca en prestaciones.
En cuanto a la calidad, se trata de un concepto muy usado y muchas veces mal entendido.
La calidad, para el cliente, no es otra cosa que una información veraz sobre lo que se ofrece, que llena sus expectativas sobre el producto que adquiere y que una vez adquirido responde a dichas expectativas. Éstas están fundadas en la especificación del producto que da su fabricante. Por ello, la calidad no es otra cosa sino una especificación que se cumple. Si, por ejemplo, se especifica en un automóvil un consumo de combustible por cada 100 km y luego gasta más, hay ahí una falta de calidad.
Insistiendo en la idea y para desmontar una muy corriente falsa idea de la calidad notaremos que un coche de gama alta que incumple una de sus especificaciones tiene menor calidad que otro de gama baja que sí las cumple. Éste último tiene más calidad que el primero -aunque sea más modesto en prestaciones, confort y equipamiento- si responde correctamente a las especificaciones definidas por el fabricante.
De cuanto precede podemos extraer una conclusión relativa a las ayudas económicas empresariales. Es esta:
La aportación económica a organizaciones benéficas supone una detracción neta del dinero que entra en la empresa como consecuencia de su actividad, a costa o del beneficio empresarial (siempre necesario para asegurar la continuidad y el progreso de la empresa), o de los ingresos de alguno de los agentes considerados, bien de los clientes que podrían beneficiarse de mejores precios, del personal, que podría obtener un mejor salario o de los accionistas, cuyo valor accionarial o dividendo podría aumentar. Por ello, la decisión de estas donaciones tomada por la dirección de la empresa sin asegurar el consenso previo de los referidos agentes implica una falta de cumplimento de las responsabilidades hacia ellos que se han descrito. La afirmación de que la empresa practica su RSC simplemente mediante su ayuda a las ONGs es una simple falacia “buenista”.
Como resumen, la tesis resultante consiste en considerar a la empresa como institución cuya RSC es hacer bien las cosas ofreciendo a todos los agentes implicados en su actividad la satisfacción de sus deseos en forma compatible con la de los restantes. Si, adicionalmente, el consenso de todos ellos admite el establecimiento de líneas de apoyo económico a favor de organizaciones de carácter benéfico, la práctica de su RSC las deberá incluir, alcanzando así una meta solidaria que califica a la empresa, y con ella a sus agentes relacionados, con una alta nota en su comportamiento ético.
Manuel Chaure Vallejo
Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Diplomado en el Programa de Alta Dirección de Empresas (PADE) del Instituto de Estudios Superiores de Empresa (IESE). Es miembro del Centro Diego de Covarrubias y autor del cuaderno del CDC: Lenguaje, Sociedad y Política. y del libro ‘Un asalto a la inteligencia. La creatividad»
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