EL SEMANAL DEL COVARRUBIAS DEL 04 DE JUNIO DE 2024

La cultura europea es el fruto de siglos en los que la «potestas» política ha ejercido sus funciones en el marco antropológico de la «auctoritas» del humanismo cristiano, construyendo la civilización de las libertades, de los derechos humanos y del progreso social, científico y político.

En la Europa actual, tras décadas de laicismo, multiculturalismo, relativismo moral, hegemonía cultural e ideológica del marxismo-leninismo y de una avalancha migratoria de raíces autoritarias, unas políticas suicidas generadas y aplicadas por las oligarquías europeas del poder político, económico y mediático, han provocado que las libertades individuales y el primigenio derecho a la vida estén sufriendo un grave deterioro.

En ese marco decadente se está empezando a aplicar la Agenda 2030, un vademécum de intervencionismo autoritario que, bajo una falsa capa de «ecologismo sostenible», esconde el socavamiento y el consiguiente empobrecimiento del patrimonio cultural, social y económico de Europa en beneficio del totalitarismo globalista de terceros países. Europa se desliza peligrosamente por una pendiente de pérdida de su identidad e integridad históricas que la conduce aceleradamente a una posición de irrelevancia en el tablero geoestratégico internacional.

Es urgente y decisivo recuperar el principio de subsidiariedad, por el que las instituciones de la Unión Europea no deban legislar sobre todas aquellas materias que sean propias de la soberanía de los Estados nacionales. Es antidemocrático que, del total de la legislación vigente en cada país europeo, entorno al ochenta por ciento se origine en las instituciones de la Unión Europea. La diversidad y el pluralismo, que identifican a un sistema democrático, exigen que la política europea esté al servicio de todos y cada uno de los ciudadanos europeos a través de las instituciones nacionales que los representan.

Es vital enfrentar esa dramática situación, combatiendo esa lacra nihilista y liberticida, que se ha enseñoreado del Parlamento Europeo, para impedir que la civilización humanista sea erradicada de Europa. La gran oportunidad que se nos brinda para participar activamente en ese combate por nuestra supervivencia como europeos, son las elecciones al Parlamento Europeo del próximo nueve de junio.

Avizor