El 27 de noviembre de 1885, D. Práxedes Mateo Sagasta (jefe del Partido Liberal, que fundó en 1880) se convirtió en Presidente del Consejo de Ministros de España, es decir, Presidente del Gobierno de España. No era la primera vez que Sagasta alcanzaba la máxima representación no dinástica de nuestra Patria. Con ese nombramiento se obviaba la eventual situación de descomposición a que hubiera inducido el temprano fallecimiento de Alfonso XII. La Regente, (María Cristina de Habsburgo-Lorena, embarazada del futuro Alfonso XIII) recibió así el apoyo bipartidista que permitiría la continuidad de la Restauración.
Días antes de su nombramiento como Presidente (lo sería 5 veces en toda su vida, la primera en 1871 con Amadeo de Saboya y la última en 1901), Sagasta firmó con D. Antonio Cánovas del Castillo (líder del Partido Conservador, quien impuso sus cuatro pilares: Rey, Cortes, Constitución y turno o alternancia) el Pacto de El Pardo de apoyo a la Regente, que inició la alternancia bipartidista en el gobierno y consolidó la Monarquía. La primera duró hasta primeros de Siglo XX. La segunda, hasta 1931. En el primer caso no es poca cosa, habida cuenta de la derrota en Cuba, Filipinas, puerto Rico y Guam que hubo de aceptar como Presidente en 1998, de los problemas en Marruecos, del crecimiento del catalanismo, de la Semana Trágica y de la creciente conflictividad social, entre otros problemas de calado.
Sagasta era Ingeniero de Caminos, y como tal ejerció durante algunos años. Era asimismo conspicuo masón, condición a la que renunció públicamente (en las Cortes) en 1894, aunque años antes lo había hecho de manera privada. Su carrera política tuvo una inicial referencia revolucionaria, pues en 1866 participó en la sublevación del Cuartel de San Gil (para destronar a Isabel II), lo que le valió la pena de muerte, que eludió al exiliarse en Francia.]]>